Sí. Leyó bien. Le pregunté por “su” palabra para este año. Este es uno de los ejercicios proyectivos que más me gustan y por eso hoy he decidido comentarlo con usted con mayor detalle. Sé que ya estamos casi en marzo… pero aún quedan nueve meses para sacarle el jugo.
Específicamente, la idea se me ocurrió tras leer uno de los últimos post del blog de The Writer, una empresa británica especializada en redacción para marcas y organizaciones, que es una de mis favoritas. De hecho, la gran mayoría de mis gurús del copywriting son británicos… pero eso se lo contaré en otro post.
En dicho post ellos hacían su propuesta de la palabra del 2017 en el mundo de los negocios. ¿Adivina cuál es? Píenselo unos segunditos…
Chachachacháaaaaaaaan… Para ellos es “pivote”. ¿Sorprendido? La del 2016 fue “amplificar”. ¿Qué le parece?
Un año para pivotar…
Al principio me pareció rara, desconcertante, forzada. Luego, tras leer su justificación al respecto, me convencieron… pero solo un poquito. Tal vez porque esperaba una elección mucho más universal, una palabra que pudiera aplicarse en el ámbito de los negocios de todo el mundo.
Desde la perspectiva de los expertos de The Writer, “pivote” retumbará en las salas de juntas, abundará en las presentaciones y marcará la pauta en los discursos de los CEO en las grandes economías del mundo. ¿Por qué? Por la gran agitación política y económica derivada del Brexit y de la victoria de Trump en Estados Unidos que, a su vez, está provocando que muchas organizaciones reconsideren sus estrategias sobre la marcha.
Así, proponen que “pivote” es un término más específico y planificado, menos nervioso e improvisado, para indicar que una empresa está redefiniendo su rumbo. Claro, esto tiene mucho que ver con la definición de dicha palabra en el idioma de Shakespeare. Algunas de sus acepciones son:
- Punto de apoyo fijo para algo que da vuelta o se balancea.
- Una persona, cosa o factor que tiene un papel, función o efecto esencial. ü Un jugador o posición clave.
En el castellano también tiene significados similares; sin embargo, no sé por qué no me la imagino siendo utilizada en el contexto salvadoreño o centroamericano con la fluidez que los de The Writer esperan.
Además aseguran que, de un tiempo acá, hay palabras que se ponen de moda año tras año en las distintas áreas de la actividad humana. Después de todo, considerando que nuestra inteligencia es verbal, necesitamos palabras para enunciar, aprehender y comprender todo lo que nos rodea. Eso es uno de los atributos esenciales que nos hace seres humanos.
¿Por qué es importante un ejercicio como este?
Ahora bien, como le comenté al principio, en esta ocasión mi principal interés es explicarle la selección de una palabra como una de mis técnicas proyectivas preferidas. En general, estas son juegos que fomentan el pensamiento lateral; además de que exploran las emociones y los simbolismos que rigen nuestras vidas de manera incosnciente. Solo que aquí, en lugar de utilizarlas con un tercero, las usamos con nosotros mismos.
La primera vez que seleccioné “mi” palabra fue cuando estaba diseñando mi marca personal allá por el 2013. Luego, cuando mi Trastienda se hizo realidad, comencé a emplearla desde finales de ese mismo año para aplicarla en el siguiente y así lo he hecho desde entonces. Es un ejercicio recomendadísimo para guiar el trabajo de los próximos doce meses y la clave radica en escoger una que le haga sentirse ilusionado(a) y motivado(a). Así que, como persona y como emprendedora, tengo ya casi un lustro aplicándola y puedo asegurarle su efectividad.
Más recientemente, la estoy aplicando con mis clientes al co-crear una estrategia de contenidos para redes sociales, los contenidos de un sitio web, un discurso o cualquier otro documento más extenso. Y, al final, esa palabra actúa como una estrella guía, como el criterio maestro a partir del cual se toman las decisiones.
¡Hasta la próxima!