Corría el año 2008 y la crisis financiera desatada en Estados Unidos impactaba con dureza a casi todos los países del mundo, incluyendo a la tierra natal del protagonista de esta historia, Granada (España).
Su nombre es Bere Casillas, propietario de una sastrería tradicional fundada por su padre, de quien había aprendido el oficio desde niño. Don Bere, al cumplir los 16 años de edad, había abandonado sus estudios para dedicarse por completo al negocio familiar.
Pero volvamos al 2008. Antes de que la crisis lo golpeara a escala individual, Don Bere tenía 43 años de edad y había invertido casi todas sus ganancias previas en comprar materia prima y no tenía ahorros. Así que, al poco tiempo, se enfrentó a un almacén lleno de telas, trajes que no lograba vender, empleados y proveedores que no podía pagar, así como una familia que no podía mantener.
Entonces, en medio de una situación tan desesperada, vio un rayito de luz cuando uno de sus múltiples acreedores le aconsejó ver un CD con un curso para aprender a usar internet. Y así fue que, con una laptop que le regaló su hermano, se lanzó de cabeza al mundo digital.
Reinvención desde la bancarrota
Al poco tiempo, Don Bere asegura que vio con claridad que la web podía ser un poderoso altavoz; pero que lo iba a utilizar desde la convicción de ofrecer información y conocimiento, no solo publicidad.
Y, justo ahí, en mi opinión, radica la genialidad de este sastre que, hoy por hoy, es un referente mundial de moda masculina. ¿Por qué? Porque sin tener una preparación empresarial esmerada, ni estudios formales de marketing, de forma intuitiva comprendió la esencia del marketing de contenidos efectivo (¡en medio de una recesión!): crear y distribuir información que ACOMPAÑE a los clientes en su día a día.
Y aunque parece algo simple, en todo el tiempo que llevo trabajando en copywriting profesional, sé lo mucho que les cuesta comprender esta idea a empresarios, encargados de marketing, gerentes comerciales, community managers y muchos otros profesionales al frente de las marcas.
En cambio, don Bere Casillas no solo lo entendió, sino que siguió aprendiendo y en marzo de 2009 publicó un video en YouTube sobre un tema aparentemente sencillo: ¿cómo hacer un nudo de corbata?, que puede ver aquí.
Como habrá podido darse cuenta, lo grabó de forma muy rudimentaria, tras más de 50 intentos fallidos. Pero como abordó un tema de interés para sus “buyer personas”, al poco tiempo logró que superara los 5.5 millones de reproducciones, con miles de comentarios de todas partes del mundo. E incluso ahora, más de una década después, sigue sumando adeptos.
Ese contenido básico le brindó muchas oportunidades y le dio la confianza para seguir trabajando en su marketing de contenidos. Y de ese modo pasó de ser un “analfabeto digital”, como el mismo lo ha dicho, a liderar una marca reconocida, valorada (y por supuesto, rentable) en el mundo online y en el offline, que ahora cuenta con un sitio web envidiable, un blog exitoso, un canal de YouTube con cerca de 300 mil suscriptores, además de una sólida presencia en otras redes sociales.
Importantes lecciones en tiempos de pandemia
Este caso de éxito de marketing de contenidos que le he compartido en líneas anteriores, es una reconstrucción de información sobre Bere Casillas que circula en internet, sobre todo en periódicos online de renombre.
Yo descubrí su historia en el 2014, cuando estaba empezando con mi proyecto de la Trastienda. Y desde el primer momento me cautivó su determinación y sus ganas de salir adelante. Sí, definitivamente, lo hizo desde la desesperación, y para mi eso tiene todavía más mérito, porque el miedo y la angustia suelen paralizarnos y ponernos de rodillas antes que impulsarnos a luchar. La famosa resiliencia es un camino empinado en la mayoría de los casos.
Y en las circunstancias que estamos viviendo hoy por hoy, donde el miedo a contagiarnos de COVID-19 convive con la incertidumbre por la recesión económica que ya ha comenzado, me parece muy oportuno repasar las lecciones de Don Bere que siguen teniendo mucha vigencia:
1)Un buen producto o servicio es la base fundamental para el éxito. Aun cuando se tengan los conocimientos y los recursos para hacer marketing de contenidos, si el producto o servicio NO es bueno, todo terminará por venirse abajo. La excelencia del trabajo de Bere Casillas estaba ahí cuando su marca solo era conocida en su localidad, cuando estuvo a punto de perderlo todo y fue el combustible que lo sacó a flote.
2)JAMÁS hay que perder las ganas de aprender. JAMÁS. Y hay que anular por completo las excusas de todo tipo, tales como:
- La edad – Don Bere era un “cuarentón” cuando decidió empezar en el mundo digital.
- La falta de conocimientos – Justo ahora, precisamente por el coronavirus, hay múltiples alternativas para aprender sobre cualquier tema.
- La falta de dinero – Pues también hay opciones gratuitas de aprendizaje y, tal como lo hizo el sastre 2.0, colgar un video en YouTube todavía no cuesta nada. Además, en mi experiencia, para ganar siempre hay que invertir, aunque sea lo mínimo.
- El afán de perfeccionismo – Ya que las circunstancias del trabajo en marketing de contenidos casi nunca pueden ser ideales. La recomendación es sacarle el mejor provecho a lo que se tiene más a la mano.
3)NO hay recetas rápidas para un marketing de contenidos efectivo. Hay que dedicar tiempo para aprender, preguntar, entender a los clientes, establecer objetivos realistas e idear rutas de acción. Como bien dice el dicho, “todo lo bueno cuesta”. Por eso hay que echar mano de mucha paciencia y perseverancia.
Me decidí a contarle esta historia (en caso de que no la conociera todavía) porque, personalmente, siempre me inyecta esperanza y optimismo. Y espero que, aunque sea un poquito, cause ese mismo efecto en usted. ¡Tomados de la mano de Dios, lo mejor está siempre por llegar!
¿Trabajamos juntos/as para crear su estrategia de marketing de contenidos? ¡Platiquémoslo por aquí!
¡Hasta la próxima!
*Fotografía de Bere Casillas tomada de su cuenta en Twitter.