El domingo 21 de abril se conmemoró por 17º año consecutivo el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación. Este tema se ha vuelto muy común en los círculos empresariales y de emprendedores y debo reconocer que a mi me encanta. Y por eso, desde principios del año, ya lo había incluido en mi lista de temas a abordar en este blog. Además, en este mes también se celebra el Día Internacional del libro (23 de abril) y un buen amigo me regaló el texto “Adiós a los mitos de la innovación. Una guía práctica para innovar en América Latina”. Así que eso terminó de convencerme para escribir al respecto por primera vez; pero específicamente sobre técnicas creativas de creación de contenidos.
¿Qué hace cuando necesita generar nuevas ideas de contenidos?
Antes de proseguir, tengo que admitir que en muchos aspectos me encanta acomodarme en los mullidos cojines de mi zona de confort, lo cual creo que está totalmente en contra de innovar.
Pero el hecho de tener que crear contenidos para marcas muy diferentes, a veces en un mismo día, me empuja fuera de esa comodidad y me ha motivado a interesarme por técnicas, ejercicios y juegos que activan la creatividad e inspiran nuevas ideas.
Sin embargo, antes de compartirle algunas de ellas, puedo asegurarle que he comprobado que aprender sobre un tema, o por lo menos explorarlo con detenimiento durante un tiempo es, por encima de muchos recursos, la mejor manera activar mi lado creativo. Me resulta complicadísimo escribir sobre algo que no conozco lo suficiente.
Árbol de palabras:
Puede utilizar esta técnica para ponerle nombre a proyectos o, simplemente, para encontrar nuevas formas de decir algo. Entonces, un árbol de palabras se inicia con palabras o términos relacionados con un concepto amplio. Entonces, para cada palabra, hay que hacer una nueva lista de palabras relacionadas. Lo importante es mantener la ramificación hacia fuera progresivamente e ir haciendo combinaciones.
Por ejemplo: Si quisiera hablar de “energía”, algunas palabras relacionadas podrían ser:
-Chispa
-Poder
-Potencia
Y luego, para cada una, hay que seguir planteando palabras relacionadas. De ese modo, para “chispa”, la nueva lista podría contener términos como:
-Brillo
-Ingenio
-Luz
¡Y así sucesivamente!
Lluvia de palabras:
Para comenzar, debe elaborar desde cero una lista de palabras, ideas o frases relacionadas con el tema, problema o situación que se desea abordar. Puede incluir todas las que se le ocurran, no hay un número mínimo o máximo, anotándolas en post its, sin repetirlas, una a una y por separado.
Posteriormente, colóquelas dentro de un sobre o bolsa y seleccione al azar un par de esas palabras y luego, exprese la primera idea que se le venga a la cabeza al combinar dichos términos.
Esta técnica funciona tanto de forma individual como con grupos pequeños.
Los autores de esta dinámica son los maestros de Think Wrong.
Estimulación aleatoria:
Esta técnica es una leve variación de la anterior. Si se desarrolla en parejas o en grupo funciona mucho mejor. Para ello, solo uno de los participantes crea una lista de palabras aleatorias, NO relacionadas con el tema, problema o situación que se desea abordar. Luego, dichos términos se presentan uno a uno, para que todos puedan pensar en cualquier cosa relacionada con ellos y generar nuevas ideas a partir de esas conexiones mentales. Y en ese proceso, no tenga miedo de forzarlas un poquito.
¿Y si…?
A esta última metodología también se le conoce como “The what if technique” de Motive Design®. Promueve el pensamiento disruptivo, sin límites. Y, paso a paso, se desarrolla de la siguiente manera:
- Elija un área, tema o proyecto en el que todo parece atascado y por eso nada ha cambiado en un largo tiempo.
- Identifique las percepciones más arraigadas y los clichés con respecto a dicha área, tema o proyecto.
- Pregúntense “¿Y si…?” y escriba las ideas en post it. Aquí la clave estará en la CANTIDAD, no en la calidad. Repetir, repetir y repetir.
- Identifique los insights más valiosos.
- Plantee algunas oportunidades de innovación.
En lo personal, aplico estas técnicas para escribir, pero su uso es mucho más amplio y abarca la creación o mejora de productos, servicios, estrategias, experiencias o procesos.
¡Hasta la próxima!
