“Aquí no damos clases, diseñamos y promovemos experiencias de aprendizaje”. Así me explicaron la misión de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera cuando comencé a colaborar con ellos y esas palabras, sencillas pero contundentes, me sirvieron para comenzar a entender la metodología de trabajo a la que estaba a punto de incorporarme. Por otra parte, la misión de Starbucks es ser el tercer lugar en la vida de sus clientes, después de sus hogares y sus trabajos.
Meliponinos. Rial. Azogue. Carauz. Precito. Se cree que la gran mayoría de hispanoparlantes pasaremos todas nuestras vidas ignorando por completo 83 mil palabras del castellano pues sólo necesitamos 5 mil para comunicarnos con el mundo.
Siempre he pensado que la comunicación efectiva se logra con la mejor sinergia entre qué se dice, quién lo dice y cómo lo dice. Y más aún en un discurso, cuando la interacción cara a cara con la audiencia exige –hoy más que nunca- informar, entretener y persuadir.
“11 Things I Wish I Knew When I Started My Business” fue el primer post que leí en Medium. Las pericias que ahí narra Stephanie St.Claire me hicieron reír e identificarme con ella; y fue así como descubrí esta plataforma que invita a cualquiera, a todos, a contar historias.
Hace poco caí en la cuenta que, muy probablemente, el proyecto de la Trastienda comenzó a gestarse casi 10 años atrás o más, coincidiendo con el despertar de mi gusto por los libros que hablan sobre un hecho aparentemente básico: ¿cómo escribir?
Hoy en día crear y contar historias es parte del trabajo de construcción de una marca, después de todo estamos en el apogeo de la era del branded content. Y aunque hay una graaaaaaaan diferencia entre esta tendencia del marketing y la producción literaria, ésta última es una fuente inagotable de información e iluminación para la primera.
Últimamente, he visto varios comerciales de televisión en los que me parece que los mensajes y las imágenes no encajan del todo. Hay “algo” que impide que esos dos elementos se articulen por completo. Hal Stebbins en “Pildoras Publicitarias” (uno de los libros sagrados del copywriting desde 1969) dijo: “Todo lo que entra en un anuncio, incluyendo lo que se deja fuera, es texto”…Y tal vez en estos casos hay textos necesarios que se han dejado fuera.
¡Lo logré! ¡Alcancé la séptima entrada en este blog y aquí estoy compartiendo el post número ocho! ¡Yuuujuu! Parafraseando un poco, siento que superé algo así como la comezón del séptimo artículo. Jijijijiji.
Crear y alimentar cada jueves esta ciberbitácora ha sido un auténtico desafío sobre todo por la escasez de tiempo entre una cosa y otra. Muchos pensarán que me conformo con poco o peor aún, que me siento satisfecha por algo intrascendente. Pero para mí tiene un doble significado: celebrar un pequeño logro (una sana costumbre que solemos olvidar con facilidad en medio de las exigencias diarias) y, sobre todo, sentir que sigo adelante hacia el descubrimiento y uso de mi propia voz. En más de una década de ejercicio profesional siempre escribí por y para algo/alguien más; en cambio aquí lo estoy haciendo con libertad total, abordando los temas que quiero y como quiero. ¡Disfrutándolo!
En estos días, cada vez que inicio la jornada en la Trastienda escucho dos canciones a manera de himnos o gritos de batalla: “September” del grupo Earth, wind and fire y “Happy” de Pharrell Williams. Un gran contraste sin duda: no sólo de ritmos sino de épocas considerando que salto en minutos desde 1978 hasta 2013.