Cuando comencé la universidad mi sueño era trabajar en publicidad. Luego, justo durante mi último año de la carrera, uno de mis tres primeros trabajos (en simultáneo) fue como redactora en una agencia publicitaria. Y ahí comencé a comprender la realidad del binomio creatividad y copywriting.
El domingo 21 de abril se conmemoró por 17º año consecutivo el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación. Este tema se ha vuelto muy común en los círculos empresariales y de emprendedores y debo reconocer que a mi me encanta. Y por eso, desde principios del año, ya lo había incluido en mi lista de temas a abordar en este blog.
¡Y se acabó el 2017! Ya solo faltan 11 días para estrenar un nuevo año y, en lo personal, lo que más disfruto de estas semanas previas es la sensación de que todas las POSIBILIDADES y OPORTUNIDADES están al alcance de la mano. ¡Un nuevo comienzo! ¡Un reset!, tanto si uno quiere un gran cambio o solo un pequeño ajuste en la vida personal o profesional.
Mientras el boom de emprendimientos sigue imparable en El Salvador, de un tiempo acá a la puerta de mi Trastienda han llegado muchas empresas, de todo tamaño e industria, para que les ayude a ponerle nombre a sus negocios.
Unos cuantos años atrás, mientras preparaba una capacitación para un grupo de ejecutivos bancarios, encontré o armé (¡no lo recuerdo muy bien!) una definición de marketing que desde entonces adopté para recordarme la esencia del trabajo en esa área: “Darle a los consumidores razones para comprar, para comprar más y más seguido”. Si el autor de la misma llega a descubrir que lo he citado aquí, ojalá que tome este párrafo como un sincero intento de darle su merecido reconocimiento. ¡Ojalá!