El mes de octubre en El Salvador es sinónimo de añoranza por un clima más fresco, recuerdos de vacaciones escolares (para quienes estudiamos en colegios con el sistema local), víspera de Navidad (sobre todo de acuerdo con los grandes almacenes) y también es conocido como el mes de la Publicidad.
Por eso, en esta ocasión programé en mi calendario de contenidos escribir sobre las palabras, “materias primas” esenciales de esta industria aún en estos tiempos de agitación tecnológica. Después de todo, y no es solo porque soy copywriter, día a día sigo confirmando que todos los procesos de comunicación, de marketing y de publicidad comienzan y terminan con ellas. ¿Cómo lo ve usted?
Y con ese propósito hoy quiero enfocarme en dos grandes tipos: las inventadas al calor de las sesiones creativas y las poderosas, es decir, las que han demostrado su efectividad para persuadir corazones y mentes.
¡Jugando a ser Shakespeare!
Los expertos de Copyblogger aseguran que a Shakespeare le debemos palabras en inglés como “ensangrentado”, “epiléptico”, “novedoso”, “pavonearse”, “rubor” y la misma “publicidad” entre otras que podrían sumar hasta 2000. ¿Será? Cervantes, por su parte, también hizo lo propio con nuestro castellano, enriqueciéndolo y dándole matices que hasta entonces no tenía.
De cualquier manera, ahora quiero enfocarme en el hecho de que muchos siglos después de ellos diversos profesionales del marketing se han aventurado a seguir sus pasos. Sé que una comparación de este tipo es desproporcionada pero… necesitaba partir de algún lado…
El término que más he oído en la radio últimamente, por ejemplo, es el adjetivo “olexeable” o ya conjugado como verbo en tiempo imperativo “olexéalo”, de la marca OLX. Y antes de esta palabra recuerdo la “antitranspiración” de AXE Argentina que significa simplemente “no transpirar”; el adjetivo “inmmessionante” para referirse a las hazañas de Messi en la cancha; o vocablos en inglés como: “dependability” de Dodge, “drinkability” de Miller Light o “uncola” de 7Up.
Todos estos neologismos me parecen geniales y debo reconocer que, en el fondo, sigo esperando el proyecto que me permita crear uno… aún no he tenido esa oportunidad. No obstante, a la vez, me pregunto si las 88 500 palabras ya reconocidas en el diccionario de la RAE realmente no son suficientes. Y siempre que me cuesta dar con el vocablo más adecuado quisiera con todas mis fuerzas que TODOS estuvieran más a la mano, pegados en una pared inmensa, en un cuarto o bodega física, por ejemplo, aunque hallar “el correcto” seguiría siendo un gran desafío.
Más allá de la inteligencia lingüística
Aunque la teoría de las inteligencias múltiples me parece fascinante, cuando hablo de palabras poderosas no me refiero a alguna capacidad/habilidad en particular. Si no a la selección de términos que desde los tiempos de David Ogilvy han demostrado su eficacia para influir en las ideas y comportamientos; y que gracias a la Neurociencia han sido reconfirmadas en dicho rol.
En 1963, aproximadamente, Ogilvy destacó la fuerza de vocablos como:
- Resultados
- Rápido
- Fácil
- Ahora
- Nuevo
- Amor
- Salud
- Dinero
- Y “tú”, que en esta época de personalización (real o automatizada) es un imperativo en cualquier pieza de marketing de contenidos.
Luego, dando un salto de varias décadas, otro de mis referentes en este tema es Jurgen Klarik, y en especial, suelo recurrir con frecuencia a su lista de palabras- frases efectivas, tales como:
- Gratis
- De inmediato
- Hoy
- Divertido
- Exitoso
- Ahorra
- Descubre
- Facilísimo
- No más
- Recibe
- Logra
- Compara
- Imagina
- Porque
¿Qué le parecen todas estas opciones para aumentar la percepción de valor de los contenidos, productos y servicios?
¡Espero que prepare y utilice su propia lista!
¡Hasta la próxima!