Cada día se lee más. Y me refiero específicamente a que no se puede navegar por internet sin leer… y leer bastante. Así que para quienes aún no lo conocen, hoy quiero presentarles Longform, un sitio del cual FastCompany asegura: “Los comentarios de los usuarios han transformado este espacio para lectores ávidos en un proyecto que podría cambiar la forma en que el mundo lee online”. ¿Será?
Es un auténtico acto de malabarismo con machetes eso de crear textos que satisfagan las necesidades de los lectores y, a la vez, complazcan a los robots de los buscadores. Estos últimos aplican más de 200 parámetros para definir el posicionamiento de los contenidos, entre los cuales para mí sobresalen la originalidad, el interés que despiertan para aumentar la estancia en la página; y la popularidad capaz de generar interacción. Por eso, el tema de la longitud correcta que conquista a Google no puede considerarse como lo único decisivo.
Pero volviendo a Longform, actualmente esta plataforma agrupa 150 mil artículos y sigue creciendo. Nació en el 2010 como un servicio de curación de contenidos hasta evolucionar en lo que hoy es. Más allá del copy-paste que abunda en muchos websites, aquí los textos superan las 2 mil palabras, son de más calidad y más complejos de crear. En consecuencia, atraen a los lectores que valoran enfoques más profundos que derivan en ideas fuera de lo común, audaces, convincentes y prácticas.
Hay una frase popular en España que me cautivó desde el primer momento que dice “Hay gente que tiene bien amueblada la cabeza”; y desde que leí el primer artículo en Longform pensé que justo mucho del contenido que ahí se publica me ayudaría a mantener la mía bien decoradita y equipada.
En lo referente a la fluidez de los relatos, me atrae de manera especial que muchos de los que he leído hasta ahora cumplen con una regla de oro que conocí gracias al gran copywriter estadounidense Joe Sugarman: el principal propósito de un titular es que la gente lea la primera oración; luego, el principal propósito de la primera oración es que la gente lea la segunda… y así sucesivamente. Una genial recomendación para estructurar y crear contenido con alto poder de persuasión.
Mientras nos volvemos a encontrar aquí, quiero recomendarles 3 artículos para que le den una probatida a Longform: una nota sobre los actores de doblaje franceses, la interesante historia de los Tupperware y una crónica sobre la espinosa relación de Amazon con el mundo editorial.
¡Que los disfruten!