En mi caso, a veces el famoso bloqueo del escritor se convierte en obstrucción total. Cero ideas, mente en blanco, nada de nada; y luego ¡la ofuscación! Pero hay un método que nunca me ha fallado (por lo menos hasta ahora…); es sencillo y consiste únicamente en responder 5 preguntas.
1.- ¿Qué mensajes quiero/necesito decir? La clave está en expresarlos como si tratara de un ejercicio personal de redacción libre; incluso sin prestarle demasiada atención a la gramática o al estilo. Es más, cuando no sé qué palabra utilizar sigo adelante y sólo dejo indicado lo que falta con —–.
2.- ¿Qué quieren escuchar y conocer los públicos? Aquí hago un esfuerzo especial por situarme en las circunstancias particulares de quien podría interesarse o necesitar el mensaje que voy a crear. Soy muy curiosa y reflexiva por naturaleza, así que suelo ser bastante exigente conmigo misma al contestar esta pregunta.
3.- ¿Cuáles son los mensajes de la competencia? Esta pregunta más que para hacer una simple comparación me permite observar con detenimiento cómo están contando su historia los otros; sólo como punto de partida para crear algo nuevo.
4.- ¿Cuáles quiero que sean las 5 ó 10 palabras relevantes en esa comunicación? Con frecuencia, esas palabras ya han aparecido al contestar las dos primeras preguntas; por tanto, en esta parte del proceso me entrego a la tarea de decidir lo más cuidadosamente posible si esos términos son los más adecuados, o si deben sustituirse por sinónimos u otros completamente diferentes.
5.- ¿Qué digo entonces? Al llegar a este punto corrijo todo el trabajo desarrollado previamente, tratando de respetar el estilo espontáneo original; pero considerando –ahora sí- todas las reglas del idioma y eliminando frases innecesarias.
Claro, el primer paso antes de aplicar este método siempre es investigar el tema de la manera más completa posible. Posteriormente, como un mecanismo adicional de verificación, contesto dos preguntas más:
6.- Leídos en voz alta, ¿estos mensajes suenan creíbles?, ¿podrían decirse durante una conversación normal?
7.- ¿Qué reacciones/acciones/emociones motivarían?
¡Listo! De aquí en adelante la aplicación de los mensajes en soportes, materiales o formatos offline/online ocurre con tranquilidad y fluidez.
Y para quienes quieran más “trucos” para inspirar su trabajo creativo les recomiendo leer “Para sacudir el cerebro…”
