En El Salvador Facebook sigue siendo el “place to be” para el 99% de empresas de todo tamaño incluyendo, por supuesto, a las mipymes. ¿Hasta cuándo?
No quiero decir con esto que dicha “estrategia” esté del todo mal. Pero sí concuerdo con lo que los grandes expertos del marketing digital alrededor del mundo recomiendan: el eje de toda comunicación y branding online debe ser el sitio web.
Cuando imparto cursos sobre el tema suelo explicarles esta situación a los participantes con la siguiente analogía: la presencia de una marca en una red social equivale a alquilar un apartamento (en un buen edificio, claro) y, en cambio, tener un sitio web se parece a construir una casa completamente a su gusto y a la medida exacta de sus intereses.
Para muchos millennials puede que esta comparación no signifique nada, sobre todo porque para ellos tener una casa propia ya no representa un logro significativo. No obstante, en términos estrictamente financieros y de negocios, está claro que un activo de este tipo puede resultar muy valioso.
Por otra parte, en Facebook las pequeñas empresas lo tienen un poquito cuesta arriba pues el alcance orgánico (no pagado) ahora es mínimo. De hecho, un usuario típico de esta red social tiene alrededor de 1500 historias disponibles para leer en un día cualquiera. No obstante, FB las filtra para que queden alrededor de 300, priorizando las de sus amigos y familiares, NO las de las empresas.
Así, para que la comunidad de seguidores de su empresa crezca y se mantenga “enganchada” hay que pagar. ¡No hay otra alternativa!
Entonces, ¿para qué crear un sitio web si, en cambio, puede invertir en Facebook?, ¿cómo se integran ambos recursos? Las respuestas son sencillas y se las detallo en dos partes:
A) En un sitio web usted manda y su información está disponible siempre tal como usted lo desee. Facebook es de Mark Zuckerberg y el día que él decida modificar algún elemento de su modelo de negocios, a usted solo le tocará acatarlo si quiere seguir adelante con su Fanpage.
B) El uso “ideal” de cualquier red social consiste en promover contenido atrayente que lleve visitantes a su web, de tal forma que una vez ahí usted consiga venderles la solución que ofrece. En suma, la relación entre dichas herramientas de marketing (redes sociales y webpage) debe generar sinergias a su favor.
Cómo sobreviví a la creación de las dos versiones de mi sitio web (y sumando…)
Yo también tuve la disyuntiva que mencioné antes. Pero allá por mayo de 2013 me propuse tener la primera web de mi Trastienda con un presupuesto pequeñísimo para lo que suele manejarse en esos casos (menos de US$400.00) y así lo hice. Claro, era muy básica… casi rudimentaria. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, comprobé personalmente las ventajas comerciales de tener una “sucursal” 24/7 para presentar y promover mis servicios, por encima de una fanpage.
Luego, ya en 2015 pude dar un gran salto de calidad y aquí estamos usted y yo en este momento. Sé que el camino de mejora no ha terminado, pero lo importante es continuar avanzando.
Pues bien, sin más vueltas, aquí le comparto los 7 errores que le recomiendo evitar en el sitio web de su mipyme desde mi experiencia directa como emprendedora y gracias a los proyectos de las micro, pequeñas y medianas empresas que me han contratado.
Dígale no a…
1) Atiborrar la página de inicio. ¡No es necesario que tire TODA su información a la cara de sus visitantes en el primer pantallazo! Lo único que conseguirá con eso es desesperarlos o abrumarlos. Solo necesita:
- Su logotipo en óptima resolución y bien ubicado.
- Una foto atractiva (de preferencia propia, no de stock).
- Un menú visible (con titulares claros).
- Una frase sencilla con la que explique qué ofrece en forma concisa, entendible y relevante.
2) Diseño con una mala combinación de colores, con un tipo de letra difícil de leer, que no se adapta a dispositivos móviles (responsive) y que no se visualiza adecuadamente en distintos navegadores.
3) Contenido desactualizado. Y en el mundo online, desactualizado puede tener muchos significados, pero lo propongo que lo mínimo aceptable sea un mes. Así que, desde que comience a diseñar la web, piense qué sección o secciones renovará con frecuencia de forma práctica/ágil. Esto es fundamental en términos de SEO, pero también por una razón de peso: al igual que en una tienda física, si sus clientes ven que no hay nada nuevo ¿se animarán a entrar por segunda vez? ¡A veces lo hacemos solo por curiosidad! En mi caso las novedades están siempre en el blog 😉
4) Información de contacto desactualizada incluyendo dirección postal, dirección electrónica, perfiles sociales, teléfonos y horarios de atención.
5) La falta de “calls to action” que sirven para indicarle a cada visitante cuál es el siguiente paso. Para ello debe enfocarse en una única acción bien específica, y esta debe ser la más inmediata de su proceso de compra tras dividirlo en pasos individuales. Es decir, qué quiere que hagan después de visitar su sitio web: una llamada, una cotización, suscribirse a su boletín semanal, solicitar una visita o reunión, etc.
6) Un tiempo de carga deficiente. Hasta 4-5 segundos es lo más conveniente.
7) Desconocer quién tiene la propiedad del dominio y dónde está alojado. Lamentablemente, con respecto a este tema conozco auténticas historias de horror de compañías de todo tamaño que dejaron este tema en manos de colaboradores que se fueron sin dejar ningún rastro de esta información vital para su reputación online.
Si quiere comentar sobre otro error a prevenir, ¡bienvenido sea!
¡Hasta la próxima!