¿Ya preparó los mensajes de su marca / empresa para 2014?
Enero 9, 2014.
¡Se acabaron las vacaciones navideñas! Y aunque uno siempre termina sintiendo que necesita más puedo decir con satisfacción que las disfruté muchísimo, sobre todo porque tenía tres años consecutivos sin descansar en esta época del año.
Esta es la primera vez que empiezo un nuevo año desde la Trastienda y me siento realmente feliz, con la convicción de que las posibilidades son infinitas. Estos últimos 4 meses han estado llenos de fe e inspiración; he redescubierto que escribir es parte importante de mi vida, sobre todo por la oportunidad de conocer y pensar sobre cualquier cosa y sobre todo, amoldando el lenguaje en función de lo que los clientes necesitan. De igual modo, he conocido a muchas personas interesantes y me he reconectado con colegas, amigos y excompañeros. ¡Así que tengo ganas de mucho más!
En busca del mejor mensaje navideño
¡Y llegó la Navidad!… Bueno, de hecho, de acuerdo con los centros comerciales comenzó a finales de octubre y ya terminó; es más, la semana pasada vi que las luces y guirnaldas ya ocupan los estantes más deslucidos y el protagonismo lo tienen ahora los útiles escolares y los artículos playeros para las próximas vacaciones de Semana Santa…
¡Provoque asco, miedo y tristeza en su próxima campaña de marketing!
En mis años universitarios recuerdo que muchos profesores insistían en la necesidad de plantear los mensajes en términos positivos SIEMPRE. En las cátedras de Imagen, Reputación y Marketing nos indicaban con firmeza que las palabras negativas debían eliminarse del vocabulario de una marca, empresa o vocero.
Así que hoy, más de 15 años después, me impactó enterarme que en España anteayer se reunieron productoras, cadenas de TV y agencias para intercambiar experiencias sobre la eficacia de seis emociones específicas para conectar con los consumidores, entre las cuales sólo una podría calificarse como “positiva”.
Comunicar la RSC no es fácil
A pesar del efecto directo de todos los problemas sociales, económicos y ambientales que afectan al mundo, los temas de responsabilidad social corporativa (RSC) y sustentabilidad nos parecen tremendamente aburridos. Es así. Preferimos enterarnos de las últimas noticias de Messi o de las Kardashians, antes que conocer sobre un programa empresarial que está solucionando problemas concretos de salud o educación.
Ahora somos unos consumidores-ciudadanos mucho más críticos y susceptibles a las acciones mercantilistas de las marcas e instituciones; y además hemos adoptado el tenaz escepticismo de la mayoría de medios de comunicación con respecto a estas temáticas.