Este mes de septiembre es muy especial para mí. ¡Cumplo tres años de ser emprendedora, copywriter y bloguera!
Echando la vista atrás creo que en todo este tiempo, además de leer y escribir, mis horas se han ido en investigar y emocionar.
Sí, desde que me especialicé en en el copywriting profesional reconocí que mis clientes, en el fondo y por encima de lo obvio, me pagan por pensar y hacer aportaciones estratégicas. Y eso, invariablemente, pasa por:
- Planificar y realizar investigaciones documentales y/o de campo.
- Provocar emociones con los contenidos que creo.
Tengo que confesar que nunca imaginé que esas dos actividades iban a ser tan decisivas en mi trabajo de redacción creativa. Ni tan demandantes.
Con respecto a investigar, justo ahora estoy en la página 192 del libro “Small Data. Las pequeñas pistas que revelan grandes tendencias” de Martin Lindstrom.
Y créame que después de tanto “big data” me siento reconfortada al volver a repasar de alguna manera los fundamentos y las claves de una técnica de investigación que aún sigue vigente: la observación o, en general, los estudios etnográficos.
El texto es anecdótico y mezcla de forma entretenida las vivencias profesionales del autor alrededor del mundo. Algunos de los planteamientos que más me han impactado se los comparto a continuación:
- “Existen tan solo entre 500 y 1 000 tipos distintos de seres humanos en el mundo”.
- “Deseamos cualquier cosa que estamos convencidos de que nos falta”.
- “El sentido humano del olfato se “reinicia” cada siete minutos”.
- “Nuestras elecciones, preferencias y gustos tienen sus orígenes en la niñez”.
- “Un “punto de entrada” se refiere a esos momentos de nuestras vidas –matrimonio, embarazo, primera paternidad, compra de una casa, nido vacío- en los que nuestra identidad es desafiada o transformada. Durante esos periodos, los consumidores son especialmente vulnerables a nuevas perspectivas, al igual que a nuevas marcas”.
- “Todos los humanos experimentan “momentos golosina”, un sistema de recompensa interna que sucede cuando estamos trabajando, leyendo, pensando o concentrados, y que reenergizan nuestras rutinas y nuestra atención”.
- “Tanto los hombres como las mujeres tienen dos edades: una edad cronológica y una edad emocional que sienten dentro”.
- “La integración de datos online y offline es un ingrediente crucial de la supervivencia y el éxito en el mercado en el siglo XXI”.
- “Gracias a la tecnología, todos somos al menos dos personas”.
- “A través de Facebook, Instagram y Twitter, nos hemos convertido todos en famosos en nuestras propias vidas”.
Por estas y muchas ideas más este libro está ¡recomendadísimo!
Y justito a la par de la investigación está el tema de las emociones que ya he abordado en otros post como este. La psicología y el marketing unen sus caminos cada vez más y hay que aprovecharlo al máximo. Al respecto, también le recomiendo leer esta nota de PuroMarketing.
A propósito, desde hace ratos he tenido ganas de comentarle sobre el estudio de Harvard, liderado por Robert Waldinger, que ha logrado coronarse como el más largo en la historia de la humanidad (75 años, incluyendo el estudio de tres generaciones) para revelarnos ¿qué nos hace felices? Y la gran respuesta es más sencilla de lo esperado: tener relaciones saludables y constructivas.
Sin embargo, como podemos comprobarlo todos, no es tan fácil lograrlo. Se requiere tiempo, cuidados, esfuerzo, inteligencia emocional, entre muchas otras virtudes y habilidades.
Entonces, en esta era de hipercomunicación, con sus ventajas y desventajas inherentes, desde una perspectiva meramente profesional creo que el marketing le da a las marcas la oportunidad justamente de construir ese tipo de relaciones con sus clientes. Pueden integrarse a su estilo de vida, en el día a día, a través de contenidos y experiencias que les aporten genuino valor, tanto cara a cara como a través de las distintas pantallas que nos rodean. ¿O no?