En el mundo real, verdaderamente cualquier edad es “ideal” para emprender. Esta afirmación es casi un lugar común, y antes debo reconocer que me parecía demasiado “romántica”. Pero mientras participaba en la II Rueda de Negocios organizada por Voces Vitales El Salvador, en el marco del encuentro “Emprende Mujer”, me di cuenta que es verídica al 100%.
Nos convocaron a las 7:00 a.m. y gracias a Dios llegué cinco minutos antes de la hora. Luego, con la ayuda de mi esposo, me acomodé rápidamente en el espacio asignado para la Trastienda con el mantel, el roll up, la papelería, las tarjetas de presentación, los promocionales y otros detallitos más.
Así, mientras esperaba que todo arrancara a las 8:00 a.m., tuve la oportunidad de apreciar a las demás colegas empresarias con las que coincidí en esa cita. Calculo que éramos 40 ó 50, de múltiples rubros y sectores, y por supuesto, de todas las edades.
En El Salvador y en varios rincones del planeta parece que está de moda ser emprendedor, y cuanto más joven seas, mejor. ¡Nada nuevo en una era obsesionada con la juventud! Después de todo, las historias de Mark Zuckerberg, Steve Jobs o Bill Gates, que fundaron sus exitosas compañías promediando 20 años de edad, han impresionado al mundo entero. Pero también son inspiradoras las hazañas de Evan Williams que creó Twitter a los 35 años de edad y de Arianna Huffington, que fundó pasados los 50 años de edad uno de los periódicos online más reconocidos de Estados Unidos, The Huffington Post.
¡Quién sabe cómo acabará esta burbuja de emprendedurismo en una economía como la nuestra! No obstante, puedo asegurarle que es emocionante ser parte de ella no solo por los resultados directamente relacionados con el desarrollo del negocio; sino por vivencias como las que le comenté al inicio de esta entrada.
Definitivamente, me hubiera encantado crear mi empresa siendo mucho más joven… tal vez entre los 25 y 28 años…. pero bueno, a lo hecho, pecho. Y justo por eso quiero dedicarle este post a usted que ya está a medio camino entre los 30 y 40 años y en algún momento ha pensado: “Y si…”
…Y si realmente quiere convertirse en empresario, le cuento las dos ventajas clave que he comprobado que tenemos, justo debido a la edad:
- Nuestras experiencias profesionales previas son realmente valiosas. Todos esos años adquiriendo conocimientos y aprendiendo de los errores son de extraordinaria ayuda a la hora de atender a los clientes, identificar riesgos, reconocer oportunidades y afrontar desafíos.
- El nivel de autoconocimiento alcanzado en esta etapa de la vida permite reconocer y valorar en su justa medida las propias fortalezas y debilidades.
Lo que sí no voy a negarle es que la resistencia no es la de antes. ¡Ufffff! La puesta en marcha y el funcionamiento de una empresa absorben mucha energía física y mental. Además, debe prepararse emocionalmente a fuertes dosis de miedo, inseguridad, entusiasmo e incertidumbre (¡a veces todo al mismo tiempo!). Por tanto, es esencial que reconozca sus limitaciones y no deje de cuidarse.
En definitiva, todos los negocios tienen las mismas probabilidades de triunfar o fracasar; sin embargo, la única manera de descubrir qué pasara con su idea, proyecto o sueño es EMPRENDIENDO. ¡Anímese!