Hoy más que antes es fácil comprobar que las tendencias de consumo NO son como las estaciones del año: no se suceden de forma ordenada una y otra vez. Surgen… se combinan con otros nuevos comportamientos o con los ya existentes… y una vez que han aparecido no dejan de evolucionar continuamente.
Y por si eso no fuera suficiente, ninguna tendencia puede aplicarse a todos los consumidores de manera universal. ¡Los seres humanos somos demasiado complejos para eso! Así que lo único que nos queda cuando encontramos una tendencia adecuada para nuestras marcas es pensar cómo aplicarla de la mejor forma posible.
¡Suena fácil! Pero en esta época (diciembre, enero e incluso febrero) abundan los artículos que aseguran haber descifrado las 5, 10, 16, 20 o más tendencias que marcarán este año que estamos estrenando todavía. ¿Entonces, a cuáles hay que hacerles caso?
Debo reconocer que he leído algunas de esas notas; pero me quedo con las tendencias que me ha tocado vivir y comprobar en mí día a día con clientes, alumnos y colegas. Aquí le dejo 4 que de verdad tomo en cuenta y me han dado muy buenos resultados.
1) Las emociones mandan. Punto. La razón solo fabrica justificaciones para (confirmar) una decisión. Así que más vale conmover a los clientes actuales y potenciales para conseguir los resultados que tanto quiere.
2) Hoy VENDER tiene un nuevo significado; y la gran mayoría de marcas y empresas siguen sin asimilarlo. Hoy vender consiste en educar a la gente sobre los beneficios de hacer negocios con usted. En esta era de la democracia del consumidor, la gente escuchará lo que tiene que decir solo si les ofrece algo que les puede ayudar. Dicho de otra forma: usted no vende “X” producto o “Y” servicio, usted vende una SOLUCIÓN. Así que dígalo en forma clara, directa y honesta.
3) ¡Las mujeres decidimos! Sí, no crea que es una proclamación feminista. De hecho, de acuerdo con la experta Marti Barletta, decidimos 7 de cada 10 compras que se realizan en el mundo. ¿Por qué? No sólo compramos para nosotras, sino también para nuestros hijos, cónyuges, padres mayores, parientes políticos, nuestros negocios y demás. Y también por eso nuestra influencia va mucho más allá de las compras catalogadas como “femeninas”.
4) ¡No pierda de vista a los millennials, a la generación Z y a los que ya vienen después de ellos! Pero no me refiero solo a estudios de mercado. ¡Converse con ellos! Mi sobrina de 14 años ¡es genial! En nuestra última platicada me explicó su visión particular de los pros y contras de Ask y Snapchat. Y es que no hay otra alternativa: hace 20 años los consumidores éramos poco informados y más focalizados en los precios; pero ahora las poblaciones del mundo entero estamos en una imparable transición demográfica, cultural, tecnológica y de patrones de consumo.
¡Y aquí paro de contar! Ya veremos cómo se va “moviendo” el año. Espero que estos 4 sencillos elementos (las emociones, el nuevo significado de vender, el efecto mujeres y el impacto de los millennials) le den una ayudadita para vivir un año lleno de nuevos retos superados en su negocio.
¡Hasta la próxima!